En Cuba, ríos más limpios siguen a una agricultura más verde

Cuando la Unión Soviética se desintegró a principios de la década de 1990, la producción de alimentos en la isla de Cuba se vio seriamente reducida, ya que el suministro de fertilizantes, pesticidas, tractores y el combustible rusos disminuyó drásticamente. Bajo el estrés de una inminente crisis alimentaria, la isla rápidamente se adaptó a una nueva forma de agricultura diversificada, a partir de la agricultura orgánica, que dependía menos de los productos químicos sintéticos importados. En las últimas dos décadas, Cuba se convirtió en una referencia mundial de agricultura de conservación, con suelos mejorados y agua más limpia.

Ahora, por primera vez en más de cincuenta años, un equipo de científicos de cubanos y estadounidenses ha trabajado en conjunto para evaluar rigurosamente un aspecto clave de esta historia: los impactos de la agricultura contemporánea en la calidad del agua en los ríos de Cuba. A pesar de siglos de plantaciones de caña de azúcar y otros cultivos intensivos, el equipo internacional descubrió que ninguno de los ríos que exploraron muestra daños profundos.

En cambio, los científicos midieron concentraciones de nutrientes mucho más bajas en los veinticinco ríos cubanos estudiados que los que se encuentran en el río Mississippi en los Estados Unidos. Y piensan que la elección de una agricultura sostenible por Cuba y el uso reducido de fertilizantes en las tierras de cultivo, puede ser la causa principal.

"Muchas historias sobre el valor de la elección por Cuba de una agricultura de conservación se han basado en evidencias subjetivas‘’ dice el geólogo de la Universidad de Vermont, Paul Bierman, quien codirigió la nueva investigación, "este estudio proporciona datos sólidos que confirman que esta historia es real".

Bierman y la geocientífica Amanda Schmidt del Oberlin College lideraron la mitad estadounidense del equipo internacional, mientras que Rita Yvelice Sibello Hernández, científica del Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos (CEAC), un grupo de investigación ecológica, dirigió el esfuerzo cubano con el director científico del CEAC, Carlos Alonso-Hernández.

El nuevo estudio, “¡Cuba! La Química del Agua del Río Revela la Meteorización Química Rápida, la Promesa de una Agricultura Más Sostenible y su Impacto”, se publicó el 30 de enero, en la primera edición en línea de la revista GSA Today, la publicación líder de la Sociedad Geológica de América.

Problemas de contaminación

Los científicos de ambos países trabajaron como un equipo que realizó un trabajo de campo extenso, con el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU., —luego coordinaron el trabajo de laboratorio para analizar muestras de agua de los ríos situados en el centro de Cuba. El equipo encontró altos niveles de bacteria E. coli en las aguas —probablemente resultado del gran número de ganado y el uso intensivo de caballos y otros animales de tiro en Cuba para el transporte y el trabajo agrícola.

Sin embargo, los científicos también encontraron niveles mucho más bajos de contaminación por fósforo y nitrógeno en los ríos cubanos que en los de Estados Unidos, donde la agricultura intensiva y el uso de fertilizantes químicos están muy extendidos.

El nuevo estudio muestra los niveles de nitrógeno disuelto en los ríos cubanos, aproximadamente entre un cuarto y un tercio de los encontrados en el río Mississippi —donde el exceso de nitrógeno es un motor primario de la zona muerta en el Golfo de México. "Las aguas de los ríos cubanos proporcionan evidencia de que la agricultura no necesita sobrecargar con nutrientes los ríos y por tanto los embalses y las zonas costeras", escribe el equipo de investigación de 15 personas que incluyó a siete científicos y estudiantes cubanos y ocho científicos y estudiantes estadounidenses de la Universidad de Vermont y el Colegio de Oberlin.

 “Esta investigación puede ayudar a entender mejor la dinámica de los procesos tierra-río en el contexto de una agricultura orgánica sostenible”, dijo Rita Yvelice Sibello Hernández, del CEAC, "y puede dar un buen ejemplo a otras personas en el Caribe y en todo el mundo".

Diplomacia científica

Cuba está a un viaje en lancha desde Florida —a menos de cien millas. La nación isleña es la más poblada del Caribe con más de 11 millones de ciudadanos y una larga y tortuosa historia de relaciones complejas con los Estados Unidos. Por lo que ha habido escasa colaboración entre los científicos estadounidenses y cubanos desde la década de 1960.

"Tenemos mucho que aprender unos de otros", dice el científico cubano Alejandro García Moya, coautor del nuevo estudio. El tipo de datos fluviales que el equipo recolectó " pueden contribuir a guiar el desarrollo sostenible en Cuba, así como en otras naciones tropicales e insulares", escribe el equipo. El equipo de EE. UU. no solo proporcionó experiencia técnica importante y verificación de resultados —aunque la investigación conjunta revela que Cuba tiene muchas oportunidades para mejorar la calidad del agua del río. El nuevo estudio apunta a la necesidad de mejorar las estrategias de manejo para reducir el estiércol animal y las cargas de sedimentos que ingresan a los ríos —como cercas para mantener el ganado fuera de las orillas del río— que "podrían mejorar mucho más y rápidamente la calidad del agua del río del centro de Cuba", señalan los científicos.

Por el contrario, "Cuba ha tenido un experimento forzado en agricultura orgánica desde finales de los años ochenta", dice Amanda Schmidt de Oberlin. "Por lo tanto, Cuba es un lugar muy interesante para observar los efectos de la agricultura convencional y los efectos de la agricultura orgánica a escala nacional", —y puede sugerir vías para mejorar la agricultura de EE. UU. El uso de fertilizantes en Cuba alcanzó su punto máximo en 1978 y ha sido menor desde entonces, según el Banco Mundial y otros datos. El uso de fertilizantes en Estados Unidos aumentó después de la década de 1960 y se ha mantenido en más del doble de la tasa de uso cubano.

"Hay una experiencia que traemos a los Estados Unidos: las aguas de nuestros ríos no necesitan verse de la manera en que lo hacen", dice Paul Bierman, profesor del Departamento de Geología de UVM, la Escuela de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Rubenstein, y el Instituto Gund para el Medio Ambiente— "nosotros podemos gestionar los fertilizantes de manera diferente". Por supuesto, hay preguntas complejas sobre los rendimientos, la política agrícola y más, pero estos datos recientemente informados sobre los bajos niveles de contaminación de nutrientes encontrados en veinticinco ríos cubanos, "sugieren los beneficios que propició el paso en Cuba a la agricultura de conservación después de 1990", el equipo estadounidense-cubano escribe: "y proporciona un modelo para una agricultura más sostenible en todo el mundo".

Contactos de medios:

(U.S./English) Joshua Brown, University of Vermont, 802-557-7677 (c.), joshua.brown@uvm.edu
(Cuba/Spanish) Maikel Hernández Núñez, CEAC, maikel@ceac.cu
(U.S./English) Scott Wargo, Oberlin College, 440-309-7132 (c.), Scott.Wargo@oberlin.edu

 

Comparte esto con tus amigos: